Los exministros García-Margallo y Sebastián, a favor de recuperar el entendimiento con Marruecos y la reapertura de fronteras

José Manuel García-Margallo ha insistido este miércoles en Melilla en que la ciudad “debe reinventarse como ciudad autónoma, mirar más hacia Europa y ser menos dependiente de Marruecos” y una de las “claves para lograrlo”, según el exministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, “sería convertirse en una zona económica especial”. Manifestaciones esta mañana de García Margallo en el transcurso del IV Foro Empresarial organizado por la sociedad pública Proyecto Melilla (PROMESA) con el título de “Entre dos orillas: el mundo que nos viene”, un foro que ha servido para poner el foco en la importancia de cambiar el modelo productivo melillense para un crecimiento sostenido.

Sobre las relaciones con el país vecino, el exministro ha insistido en que “ahora mismo son muy débiles y hechos como el actual cierre de la frontera lo ponen de manifiesto”, afirmación que ha justificado en que “se cometieron errores como que Pedro Sánchez no visitara Rabat en su primera salida como presidente del Gobierno de España. Este acto fue tomado como una descortesía por Rabat”, cree García-Margallo.

Por su parte, quien fuese ministro de Industria, Turismo y Comercio y un reconocido economista, Miguel Sebastián, ha fijado en su intervención 2022 como el año de la gran recuperación económica superada, eso sí, la pandemia por la COVID-19.

“Para que la recuperación sea sostenible en España hay que evitar burbujas y apostar por la transición ecológica, la digitalización y la inversión en innovación”, ha dicho Sebastián, quien ha insistido en el argumento de que el futuro de Melilla pasa por la sintonía con el país vecino y la reapertura de fronteras.

“Melilla tiene que tener la capacidad de atraer y retener a los jóvenes a través de una mayor presencia de la universidad”, ha dicho, por otra parte, el exministro, quien ha hecho hincapié en la necesidad de redefinir el modelo de las actuales comunicaciones con la Península. A su juicio, Melilla es “uno de los territorios que peor competencia aérea tiene de España”.