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Jóvenes emprendedores: Sufian y el baile en Melilla

En Melilla hay muchísimo talento, no solo con el baile, si no en muchísimos más ámbitos. Tanto en baile, moda, teatro, canto… el problema principal es que no hay a penas apoyo u ayuda, la motivación se ve muy reducida porque en cuanto alguien sobresale le cortan las alas.”

Sufian Ouled Si Hammou Khayi tiene 26 años y nació en Tenerife, pero desde hace un tiempo lleva viviendo y bailando en Melilla. Muchos le conoceréis como el profesor de la escuela de South Dance Melilla, donde imparte clases a jóvenes de todas las edades. Ha trabajado como bailarín y corista del Tributo a Bruno Mars en Madrid, en el musical El Rey León o el Tributo a Michael Jackson en Tenerife. Este joven tinerfeño ha traído a la ciudad el ritmo y el baile, pero ¿Cómo es la trayectoria vital de un bailarín? ¿Se puede vivir del arte? Quédate para que Sufian te lo cuente.

Sufian quiero ir a la raíz de tu vida como bailarín: ¿Dónde y cómo empezaste a bailar?

Recuerdo perfectamente que fue en Tenerife, mi casa, con 7 u 8 años. Mientras me estaba haciendo un Cola Cao o estaba en mi cuarto me daba por bailar y hacía pasos súper extraños que al principio hasta me daban vergüenza porque no sabía muy bien qué estaba haciendo, hasta que poco a poco me di cuenta de que me gustaba realmente.

¿Con qué edad te diste cuenta de que la danza era lo tuyo?

Me di cuenta con 14 años cuando estaba viviendo en Melilla, en esa época solo bailaban por así decirlo los “breakers” (break dance). Entonces me apunté a un campeonato de baile en Málaga de juniors y tuve la suerte de ganar. En ese momento me di cuenta de que lo mío era el baile y que tenía que ir a muerte con ello.

¿Y qué significa para ti el baile? ¿Te ha cambiado la vida?

Para mi lo es todo, es mi estilo de vida, algo esencial. Si me quitaran el baile no sería el mismo Sufi que la gente conoce. Para mi es una manera de transmitir lo que siento a la gente, porque creo que cada uno tiene su don y con él demostramos lo que podemos ofrecer. Me ha ayudado mucho en momentos difíciles, por eso me atrevo a decir que se lo debo todo al baile.

¿Te enfrentaste a algún tipo de prejuicio por parte de familiares o amigos cuando decidiste empezar a dedicarte a la danza?

Cuando empecé a bailar al principio solo lo hacía para mi, hasta que mi mejor amigo me empujó a que lo hiciera en la calle. A mucha gente le gustó, pero otros me criticaban y atacaban con cosas como “bailar es para maricones”. Todo esto hace que se te quiten las ganas y te baja la autoestima. Gente en la que yo confiaba y con la que me llevaba me demostraron que les gustaba burlarse de mi. Con mis padres también tuve ciertos problemas porque no les gustaba ya que no le veían futuro. Ellos no querían que fuese bailarín, me sentí muy solo. Pero gracias a mi convicción de que el baile es para mi, pude salir adelante y demostrar que valía para esto.

¿Bailas todo tipo de música o tienes una formación específica sobre algún estilo?

Tú me pones algo de música y yo te bailo lo que sea. Me da igual si es música clásica, bachata u ópera. Es algo que tenemos dentro y da igual el género musical que sea, siento que puedo bailar de todo. Pero es cierto que al final todos tenemos un estilo de baile preferido y yo personalmente me dedico al mundo urbano, baile callejero, hip hop… Me defiendo bastante bien y he trabajado mucho en este estilo, pero también me defiendo en lo que es baile de salón.

¿Cómo ves el panorama de la danza en España?

Siempre hemos tenido muchos problemas porque las élites nunca han apoyado lo que es el mundo de la danza. Tenemos que esforzarnos mucho para darnos a conocer, para conseguir apoyo, y sobre todo para vivir del baile. Vivir del baile al cien por cien me parece algo imposible, porque en España lo suelen ver como una afición y no como un trabajo. Todo el mundo tiene una formación en X cosa, pero parece que cuando tienes una formación de baile lo ven como un chiste. Hay gente muy top en España y no se les valora ni les pagan como deberían, cuando es gente muy cualificada en este aspecto. Con el tema del COVID lo peor es que esta situación ha empeorado, porque la cultura en general se ha visto muy mal parada.

Hablando del COVID, durante el confinamiento, ¿te ayudó el baile de alguna manera a sobrellevar la situación?

En el confinamiento lo pasé muy mal porque tenía muchos trabajos y proyectos que se vieron truncados por el COVID. Pero mis alumnos de Melilla me pidieron clases online y eso me motivó mucho, cuando empezamos las clases fue genial, me ayudaron a hacerlo todo más llevadero. A lo largo del confinamiento estaba prácticamente las 24 horas bailando.

¿Tienes algún referente o ídolo al que admiras?

Michael Jackson, es que era de otro planeta. Si no fuera por Michael Jackson yo no estaría bailando, mis primeros pasos fueron los suyos, intentaba copiar su famoso moon walk desde pequeño. En realidad todo esto me gustaría agradecérselo a mi madre porque a ella le encanta desde siempre y cuando era pequeño nos lo ponía en la tele sin parar.

Mirando tus redes sociales hemos observado que has hecho diferentes interpretaciones de cantantes y músicos mientras bailas. ¿Cuál ha sido tu favorita y por qué?

La de Michael Jackson, sin duda. Era mi sueño poder interpretar a Michael, poder meterme en sus canciones y por lo que te he dicho antes, su baile era algo muy importante para mi, porque así sentía que podía conocerle un poco más. Lo que más me llenaba era ver cómo los clientes veían que nos asemejábamos mucho a sus performances, para mi es algo que no tiene valor, es único.

¿Crees que en Melilla hay talento para la danza?

En Melilla hay muchísimo talento, no solo con el baile, si no en muchísimos más ámbitos. Tanto en baile, moda, teatro, canto… el problema principal es que no hay a penas apoyo u ayuda, la motivación se ve muy reducida porque en cuanto alguien sobresale le cortan las alas. Las nuevas generaciones vienen muy fuertes, tienen muchas ganas de aprender y lo que no se puede permitir es hacerles creer que solo si estudian X carrera tendrán un futuro. Y ojo, no digo que no estudien, de hecho, estudiar me parece algo fundamental y es la obligación que tenemos todos los jóvenes, pero también hay que luchar por lo que uno quiere y ama, y si alguien ama bailar hay que apoyarle. Se necesitan lugares de formación profesional de estos ámbitos, para que en un futuro cuando salgan de Melilla lleguen a la península con un mínimo de base para poder seguir defendiéndose y formándose.

*Información de Elsa Moralejo

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