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Jóvenes emprendedores: Entrevista a Marina Varem

Marina Remartinez Vázquez, más conocida como Marina Varem, tiene 20 años y es la viva imagen del emprendimiento juvenil en Melilla. Estudia arte dramático y teatro musical en Málaga, interpretación frente a cámara en la escuela de cine 32 Historia, toma clases de canto con Rafa Estepa, es bailarina de danza clásica, jazz y contemporáneo en la Marbella Dance School y actualmente trabaja en una compañía de contemporáneo llamada Dance Craft. Esta joven melillense es un ejemplo de superación, trabajo duro y esfuerzo. Si quieres conocer su historia, quédate a leer su entrevista.

Sabemos que te dedicas al mundo del arte en general, ya que haces tanto danza como teatro y canto. ¿De donde viene toda esta inspiración artística?

No lo tengo muy claro, en parte creo que es por mi madre porque me apuntaba a clases de baile desde pequeña porque le gustaba mucho la danza, de hecho, le hubiera encantado dedicarse profesionalmente a eso, pero nunca tuvo el sustento económico para llegar a hacerlo. Cuando decidí estudiar danza me regaló sus puntas y me dijo que yo iba a conseguir el sueño que ella no pudo cumplir y me hizo una ilusión tremenda. También creo que mi padre tiene mucho que ver porque, aunque es dentista, para mí las prótesis dentales que hace son un arte, incluso de pequeña yo intentaba imitarlas con arcilla. Nadie de mi familia se dedica al mundo del arte, así yo creo que la inspiración me viene por parte del apoyo de mi familia seguramente.

El apoyo familiar para estudiar lo que uno quiere es muy importante. ¿Entonces tu familia siempre te ha apoyado en hacer lo que te gusta?

Me he sentido súper apoyada por mis padres, pero es verdad que por ejemplo mi tío condicionaba mucho sus opiniones. A veces tengo la sensación de que en mi entorno la gente piensa que no puedo logarlo o que simplemente no va a salir bien, como una desconfianza continua. Pero ahí es donde tienes que encontrar tu fuerza y tu coraje para salir adelante.

Sabemos que a parte de la danza también haces interpretación y canto. ¿Has recibido algún tipo de formación en esas tres modalidades?

Sí, de hecho, creo que no voy a dejar de recibirla nunca. Es verdad que no había recibido mucha formación antes de irme de Melilla, pero ya en Málaga empecé a tomármelo más en serio, porque además en Melilla solo hacía danza así que el resto de las disciplinas me las fui encontrando por el camino y me embaucaron. Con el teatro y el canto empecé a apuntarme a cursitos, pero tampoco es que hubiera muchos en Melilla. A raíz de estudiar fuera he podido estar formándome en Madrid, en la ESAEM, doy clases de canto con Rafa Estepa y estoy en una compañía de danza llamada Dance Craft.

¿Qué es lo que más te gusta de la danza, el teatro y el canto?

Todas se resumen en expresar, y lo que más me gusta es expresarme, pero lo hacen de una forma muy distinta. En la danza puedo expresarme libremente sólo utilizando mi cuerpo, en la interpretación me gusta expresarme a través de un proceso de empatizar con las situaciones ajenas. Poder sentirte en cualquier situación y reflejar otra vida es lo que más me gusta de ese proceso, y en el canto sentir la canción y hacerla explicativa al estilo de teatro musical.

Si tuvieras que elegir una, ¿con cual te quedarías?

Podría descartar el canto, pero entre la interpretación y la danza no puedo elegir.

Si tuviera que elegir una quizás me quedaría con la interpretación porque la parte que más me gusta de la danza también es la interpretación pero que va, me quitaría un trozo de mi si tengo que eliminar una.

¿Puedes describirnos cómo te sientes cuando bailas, cantas u actúas?

Pues mira cuando canto tengo una sensación muy negativa, de hecho estoy trabajando en ello porque me siento muy vulnerable, pero en realidad me gusta mostrarme así porque creo que es como un regalo que le hago a la gente mostrándome tan vulnerable. Interpretando siento que de verdad estoy en contacto con mi personaje y me meto de lleno en su vida, y lo disfruto mucho. En la danza me siento como dentro de una cuarta pared continua, me siento dentro de mi, como si estuviera sola en una habitación haciendo todos los movimientos por y para mi.

Cuéntanos un poco sobre los trabajos más destacables que hayas realizado.

Cuando llegué a la ESAEM en Málaga me eligieron para bailar con puntas como primera bailarina en el Teatro Cervantes, hice un paso a dos con Rafa Soto, un bailarín al que admiro mucho. Lo coreografió Valentina Letova y fue increíble. Después he estado haciendo varios videoclips de música de estilo hip hop y por último lo más importante que he hecho hasta ahora, que me emociona incluso decirlo, es que con la compañía de Dance Craft inauguramos el festival de la danza en Marbella, un festival muy importante donde vienen los mejores bailarines de España y del mundo. Con la interpretación lo más importante que he hecho han sido los rodajes que hemos llevado a cabo en la escuela de cine.

¿Podrías contarnos alguna anécdota que hayas tenido formándote?

Tuve un profesor que me dijo una vez que estaba muerta en el escenario y que eso era algo que no se podía aprender. Ahí me planteé si me había equivocado con mi elección, pero no, todo se lucha y todo se aprende. Ese profesor solo quería ver si podía hundirme, esto al final es una carrera de fondo y solo llega a la meta el más fuerte, bueno, el más equilibrado mentalmente porque es muy dura.

¿Qué opinas de las personas que argumentan que las artes no son igual de necesarias que las matemáticas o la ciencia?

Hombre, a ciencia cierta creo que las artes son muy necesarias. Creo que nos consta a todos después de la pandemia y del confinamiento que vivimos, donde nos comimos las plataformas de Netflix y de todo. Creo que todos echamos de menos ir a los teatros juntos, a museos, cines… al final nos hacen socializar y aprender y te abren los ojos. Es como leer, es un aprendizaje.

¿Siempre has sabido que querías dedicarte a esto o has tenido dudas?

Que va, lo descubrí con 17 años porque de hecho estudié el primer año de bachillerato científico porque tenía muy claro que quería hacer medicina. Pero ese verano fui a la ESAEM y al dar clases de interpretación y canto a parte de danza, se me abrieron los ojos y me di cuenta de lo que realmente quería.

¿Crees que en Melilla existen prejuicios respecto al mundo del arte?

Sí, pero no solo en Melilla, en todo el mundo. En Melilla los padres apuntan a sus hijos a danza, pintura etc. pero más como un hobby, no como algo serio. No hay escuelas de teatro y canto, se le da mucho más dinero al deporte que al arte.

¿Crees que en Melilla hay buenas escuelas para formarte en canto, teatro y danza o necesitaríamos más centros y especialistas en estas facetas para que la gente se forme profesionalmente?

Se necesitan más escuelas claro, sobre todo de danza y teatro, y quizás también de cine. De canto es verdad que la gente sale muy bien formada. Pero bueno tengo esperanzas en que todo esto mejore porque hay mucha gente que está interesada y que se mueve porque haya un cambio.

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