Melilla estrena Las voces de Penélope

Las voces de Penélope es una obra que podría describirse de mil maneras, al igual que existen distintas versiones de lo que es la Odisea de Homero. La última adaptación moderna de Margaret Atwood, “Penélope y las 12 criadas” no tiene nada que envidiarle al guión de Itziar Pascual.

La obra comenzó a las 13:22 de la tarde, después de que todo el equipo de realización estuviera listo. Antes de empezar la función, pudimos adentrarnos en los camerinos para ver qué ambiente tenía esta producción detrás del telón. Hablamos con Fran Antón, director de la obra junto con Alejandra Nogales. Fran describía los nervios antes de la función como “normales, pero tenemos muchas ganas de presentarla ya”.

Las actrices principales, María González, Mercedes Salvadores y Alejandra Almendros se encontraban practicando sus líneas. “Ulises tenía los pies de aire y el corazón de fuego”, María González contaba después de recitar sus versos que se encontraba muy ilusionada y con ganas de empezar. Cuando dejamos los camerinos, pudimos contar con los testimonios de Paloma Parra y César Linares, encargados del diseño de iluminación que han venido desde Madrid para darle vida a esta obra. “A ambos nos ha encantado trabajar con Fran y las chicas, está siendo todo muy familiar y ameno” cuenta César.

Al llegar al patio de butacas encontramos a los cámaras de Televisión Melilla, que se encuentran preparados para documentar la función. Nada más comenzar la obra podemos apreciar un guion cuidado, con expresiones que hacen que la poca gente que está visionándolo se estremezca en el sillón. La romantización de las relaciones tóxicas, la imposibilidad encontrar un lugar en el mundo y las dificultades que tienen las mujeres para crear vínculos sanos en pareja son algunos de los temas que esta compañía de teatro nos ofrece.

Entremezclando a Chavela Vargas con Jennifer López o Bad Bunny, la puesta en escena no deja a nadie indiferente. Telares, sillones antiguos y polvos de talco bañan y abrazan a las actrices mientras recitan sus líneas. Una auténtica obra maestra de la sutileza y la elegancia, como si cada movimiento propiciado por sus protagonistas fueran un poema.

El final tiene un giro argumental que separa a la típica historia de Penélope que todos conocemos y une a las protagonistas en un grito feminista que nos dejó anonadados. “Ulises se llevó mi juventud” dice una Penélope enfundada con una chaqueta de cuero y botas. La conversación deja entrever al espectador que las mujeres existen para algo más que esperar por una pareja.

La Consejera de Igualdad, Cultura y Educación, Elena Fernández Treviño, le dedicó unas cálidas palabras a todo el elenco: “Usar la historia de Penélope para ilustrar el tema del feminismo ha sido brillante” y añade “Una maravilla, es un regalo”.

Hablan por último las tres Penélopes de cómo fue esa espera, de cómo a todo el mundo le gusta escuchar el mito de la esposa siempre fiel que pierde la vida por su marido: “Me esperé a mi misma, esa es mi verdadera historia”.

Un proyecto teatral con tintes dramáticos, cómicos y nostálgicos, Las voces de Penélope muestran una realidad cruda y desesperada; pero dejan una sensación de alivio y esperanza que llega a transmitirse a través de todo el patio de butacas llegando al corazón del espectador.

*Por Elsa Almendros Moralejo